Además mantiene las excelentes propiedades de resistencia a temperaturas extremas (-50°C a +230°C ), al ozono, al envejecimiento y a los productos químicos, de la silicona tradicional.
Por ejemplo: en los procesos de moldeo al vacío o soplado de materiales plásticos.
Por ejemplo: en sellado de máquinas que trabajan a temperaturas extremas como el ultra freezer o diferentes tipos de hornos de uso alimenticio o de laboratorio.
Por ejemplo: en el envasado final para su comercialización de productos como salchichas, quesos, embutidos, hamburguesas, etc.